La interpretación de las encuestas parece ser un arte mágico
sólo apto para iniciados. Sin embargo hay cosas que a simple vista parecen
claras… que el PSOE mantiene una dinámica sostenida de descenso hacia la zona
gélida de menos del 20% de los votos; y que PODEMOS va consolidándose un
templado suelo del 20% (lo que parece impensable en un producto político de recientísimo
diseño y que aún está diseñando su estructura y sus programas sectoriales).
Parece que el electorado del PSOE está desalentado; en
Madrid se ha buscado un golpe de efecto destituyendo al anterior candidato Tomás
Gómez; en el gráfico que El País de forma contumaz incluye para enterrar bien
enterrado a éste líder al que siempre maltrató y contra el cual se confabuló,
es posible observar un curioso fenómeno…
Los irreductibles votantes del PSOE parece que se han
desprendido de Tomás sin ningún duelo (72% frente a 18%). Sin embargo los
nuevos votantes de PODEMOS son los que tratan con mayor compasión al
anterior dirigente socialista. Podría postularse que Tomás Gómez es percibido como
“más de izquierda” por los que están a la izquierda, y que, por el contrario,
el electorado del PSOE en Madrid está situado mucho más al centro, y tiene unas
raíces más conservadoras y menos socialdemócratas que sus anteriores
dirigentes.
Esta es una parte del problema: desde hace años es esencial
para el socialismo español tener una buena piel de cordero socialdemócrata
(ovejas nórdicas las mejores) para ocultar un núcleo económico y político que
forma claramente parte del status-quo (que conste que no digo la casta).
En tiempos de bonanza no hay problemas; en tiempos de durísima
crisis la sala de las clases medias se va vaciando y suena el eco del discurso
escindido; y también se corre el riesgo de que un cordero socialdemócrata se
crea el propio discurso, y piense, por ejemplo, que no hay derecho a que a la
gente la echen de sus casas, o que hay recortes en servicios públicos, o que
haya que hacer auténtico praxis progresista con la fiscalidad o los bancos…
Total, que aunque lego en la interpretación de encuestas, me atrevería a sugerir que los electores socialistas más fieles no han tenido ningún problema para enterrar a Tomás Gómez; al hacerlo sin aparente duelo pueden estar escenificando su enorme disciplina ante los líderes nacionales y el periódico que los sustenta y modula; y también desvelando su preferencia ideológica hacia zonas poco reformistas y más acomodadas del espectro político.
Cosas veredes …
Llego un poco tarde a la actualidad de los comentarios. Muy bueno. Muy buena reflexión. Probablemente, el éxito de la estrategia, sin dejar de lado la importancia de “ la disciplina ante los líderes y …” ha sido finalmente el perfil del nuevo candidato, de no ser así, creo que la estrategia hubiera sido mucho más criticada y se hubiera mantenido mucho más en el tiempo. Si el perfil del candidato tiene relación directa con más o menos socialdemocracia, no digo que no, es muy probable, pero puede que exista algo más, asociado al nuevo candidato, relacionado en mi opinión con otros factores difíciles de resumir, pero relacionados con sus características personales, intelectuales o de “llegada al usuario del voto”.
ResponderEliminarEn cualquier caso, la fórmula elegida a mi juicio incorrecta para un partido que se denomina demócrata (la coherencia también forma parte de la credibilidad del ideario demócrata); se debería haber llegado a la decisión final, si es que era necesaria, por otros métodos y en esto, siempre tiene más responsabilidad aquel que ostenta más poder. El tiempo nos dirá, si en este caso el “fin ha justificado o no, los medios”