No es fácil entender los movimientos compulsivos del
gobierno en políticas fiscales y sanitarias, especialmente cuando se tornan
incoherentes y confusas.
Por una parte las autoridades económicas españolas le dicen
a Europa que vamos a bajar el gasto sanitario hasta un 5,3% del PIB en 2017.
Por otra parte las autoridades sanitarias españolas le dice a Farmaindustria
que entienden su sufrimiento por la reducción de gasto en farmacia
(extrahospitalaria con recetas, pues la hospitalaria sigue subiendo aunque el
gasto se oculta celosamente), y que va a poner coto a la bajada, indizando a partir
de ahora el gasto farmacéutico con el crecimiento del PIB.
Adjunto un gráfico de mi amigo Oteo con estimaciones de los gastos y escenarios del Gobierno de España...
Primera incoherencia: si el %PIB baja para toda la sanidad,
pero no para una parte (farmacia)... el resultado obvio es que los demás van a
soportar esta no reducción (particularmente la plantilla y el salario de los
profesionales).
Pero el asunto es más confuso aún: porque el Ministerio de
Sanidad sólo tiene competencias reales en regular precios máximos autorizados
de los medicamentos; controla precios
pero no cantidades; e incluso los precios pueden modificarse con subastas (a la
andaluza) o cataloguiños (a la gallega); o visados e informes previos para
justificar una prescripción... Por lo tanto es difícil entender cómo se puede
comprometer a subida, bajada o indización del gasto quien no tiene la gestión
del medicamento...
Y finalmente, surge una extraña norma que ofrece a las CCAA
que se porten bien (no gasten mas... ¿ni menos? que el % PIB en farmacia -
suponemos que de recetas), el premio de acceder a un fondo de crédito para inversiones (que la tecnológica FENIN y las constructoras esperan como agua de Mayo) ...
contrayendo una deuda con la hacienda pública que antes o después habrá que
pagar (vaya regalos)... y a quien se porte mal, el prohibirle las prestaciones
complementarias que había desarrollado...
http://economia.elpais.com/economia/2015/03/23/actualidad/1427134316_461770.html
De verdad que no puedo entenderlo; se me ocurre que son
movimientos compulsivos para que el cadáver institucional de un Ministerio en
declive, parezca que se mueve, que hace algo, y que mantiene una vida aparente
de la cual muchos empiezan a dudar. La debilidad de la administración general
del Estado para coordinar la sanidad, se une ahora al achique de espacios que
ejecutan las autoridades económicas; malos tiempos para ser ministro de
sanidad...
Mientras tanto no para de haber declaraciones, iniciativas,
posicionamientos, reales decretos... que en gran medida son inaplicables e
irrelevantes; lenta agonía; la muerte a escobazos que diría una buena amiga de
Albacete... que me despierten cuando acabe este espectáculo de despropósitos y
alguien quiera reconstruir eso que pomposamente llamamos SISTEMA NACIONAL DE
SALUD... ea!
ni las CCAA ni sus servicios de salud pueden financieramente sobrevivir sin préstamos estatales para sus compras : es necesario fortalecer el papel del Estado frente a proveedores (por economía de escala) y garantizar que las prestamistas CCAA se alinen en el objetivo de gasto (tampoco parece que las condiciones sean leoninas) ....
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