La racionalidad funcionarial choca con la realidad; lo que
parece lógico y ordenado en el mundo administrativo se atasca inevitablemente
cuando se intenta poner en marcha. Max Weber seguro que si viviera la jungla
burocrática de hoy se arrepentiría de su hagiografía de la burocracia funcional
como paradigma de la racionalidad.
Sin embargo, la teoría del caos y la complejidad ayuda a
entender porqué las organizaciones y las personas no funcionan como las líneas
de montaje de una cadena de producción industrial.
Se pueden coordinar millones de operaciones siempre que
individualmente sean sencillas, invariantes y ligadas al determinismo mecánico;
pero en cuanto hay la más mínima sombra de variabilidad, interacción o
inestabilidad, cada iteración puede dar resultados inesperados y sorprendentes.
En los trámites administrativos, cualquier resultado
inesperado o sorprendente supone un retraso inexorable del procedimiento. Y cada retraso exige una nueva gestión: se precisa un sherpa que guíe los trámites y un peón caminero que quite las barreras de la senda.
Por eso cuando uno lee en el boletín oficial una nueva
reglamentación con alambicados y lujuriosos trámites donde un procedimiento
debe ser enviado a unos, consultados a otros, aprobados, supervisados, intervenidos,
fiscalizados, etc... por muchos otros... pues simplemente que las cosas no
avanzan, no progresan, se atascan, ... y es necesario llamar, interesarse, presionar,
ver cómo va el expediente... un inmenso
caudal de tiempo y energía empleados... ¿dilapidados?
Pues posiblemente buena parte de los trámites
administrativos no vale para mucho; porque buscan garantías formales que no
siempre son reales. Si pretenden prevenir la corrupción... esta se cuela por
todas las rendijas de presión para desatascar un expediente; si pretenden que
se cumplan requisitos ambientales, de género, de impacto en salud, etc. con
mucha frecuencia los trámites son obviados con informes ad hoc o de
conveniencia, o simplemente ignorados con cortocircuitos de trámite de
urgencia.
Pensando en ésto, se me ocurrió formular una teoría en línea
con el crecimiento exponencial de los retrasos según se incorporan trámites a
los expedientes administrativos: he aquí la tabla del TEOREMA
Teorema de la demora exponencial de los trámites
administrativos.
(número e
= 2,71828183)
Número
de Trámites
|
Tiempo
en días
|
Ejemplo
|
0
|
1,0
|
Yo mismo decido y lo hago Ya
|
1
|
2,7
|
Tengo que consultar a mi jefe directo
|
2
|
7,4
|
Mi jefe a su vez debe consultarlo
|
3
|
20,1
|
Hay un tercero que lo visa o interviene
|
4
|
54,6
|
E incluso un cuarto que debe dar el ok
|
5
|
148,4
|
Imagine un convenio con trámites
duplicados ...
|
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