Repullo
JR, Infante A. La cohesión del SNS y su sostenibilidad: en el aniversario de
una Ley que buscó de forma tardía e insuficiente gobernar un sistema
descentralizado. Revista Derecho y Salud. Asociación de Juristas de la Salud.
2013; vol 23 (número extraordinario Congreso 2013): 83-95.
Gracias
a la invitación de los amigos de la Asociación de Juristas de la Salud para
escribir en su revista “Derecho y Salud”, mi compañero Alberto Infante y yo nos
pusimos hace tiempo a escribir una reflexión crítica sobre la insoportable
debilidad del SNS… al hilo del décimo aniversario que en 2013 celebró la Ley de
Cohesión y Calidad del SNS; esta Ley buscaba aportar un marco de gestión
integradora de los 17 servicios de salud de las CCAA que desde enero de 2012
navegaban con una gran autonomía, al tener trasferidas todos los recursos
sanitarios públicos, y ostentar competencias plenas por el lado del gasto
sanitario (la financiación sanitaria había dejado de ser finalista).
Y
nuestro escrutinio se ha hecho con particular énfasis tanto en la insuperable
dificultad de la Administración General del Estado para cumplir un papel cohesionador,
como en la evidencia de costes de interferencia políticos incontrolables en el
funcionamiento autonómico de la sanidad pública; ambos elementos llevan a
ineficiencias que la actual crisis económica y fiscal ha puesto de manifiesto
claramente.
Toca
certificar el ocaso del modelo 2002, y buscar soluciones reformistas y
regeneracionistas, que sin retroceder a épicas jacobinas, permitan articular un
sistema altamente descentralizado con características de funcionalidad,
racionalidad y solvencia técnica…
Para
animar a los lectores a entrar y descargarse el artículo, les pasamos el
índice, y pegamos un pequeño fragmento del final…
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. LA “INSOPORTABLE” DEBILIDAD DEL SNS
3. LOS CONTENIDOS Y DESARROLLOS DE LA LEY DE
COHESIÓN Y CALIDAD DEL SNS
4. EL SIGNIFICADO POLÍTICO E INSTITUCIONAL DE LA
LEY DE COHESIÓN Y CALIDAD
5. LOS COSTES DE INTERFERENCIA POLÍTICOS DEL MODELO
6. LOS DESAJUSTES DE LA FINANCIACIÓN
7. ANALIZANDO LAS DEBILIDADES TÉCNICAS PARA LA
NUEVA FUNCIÓN CENTRAL DE “RECTORÍA SANITARIA”
8. LA CRISIS ECONÓMICA Y FINANCIERA: ¿AMENAZA U
OPORTUNIDAD?
9. CINCO VÍAS DE REDISEÑO INSTITUCIONAL DEL SNS
10. EPÍLOGO: UN PASO PARA ADELANTE O DOS PARA ATRÁS
9.5. Una Ley del Sistema Nacional de Salud para definir en positivo la
ciudadanía sanitaria.
La LEGS de
1986 y la LECC de 2003 tienen la ventaja de estar alineadas y expresar
consensos políticos básicos (de ambos partidos mayoritarios), y el
inconveniente de que en muchos aspectos han quedado obsoletas o superadas.
Además, los sistemas que diseñaron para coordinar las 17 CCAA no han resultado
eficaces. Por ello sería necesario resolver la debilidad institucional del
Sistema Nacional de Salud y con una nueva Ley del SNS facilitar un nuevo marco
consensuado de gobierno y gestión de la sanidad española. Este nuevo marco
debería apartarse de la grave distorsión que ha producido el precipitado Real
Decreto Ley 16/2012, realizado bajo la presión de la austeridad, y que abdica
del proyecto colectivo de un sistema universal para todos los ciudadanos.
Una Ley del
SNS posiblemente hoy no es fácil de visualizar por el entorno de crisis, la
rivalidad entre los partidos políticos, el ataque cerrado a la sanidad pública
de algunos, la erosión económica de los servicios públicos y los intereses
creados en torno a la “balcanización” autonómica. Pero esta Ley es más
necesaria que nunca, y contaría con un amplio apoyo de los ciudadanos y los
profesionales. Como en tantas esferas de la vida social, el poder político está
llamado a promover o sumarse a un proceso fuertemente reformista y de
regeneración de la vida política, social e institucional de España.
La ciudadanía
sanitaria no puede quedar al albur político de interpretar en menos de un año
que tenemos un sistema universal (Ley 33/2011 de Salud Pública – disposición
adicional sexta) o que en realidad seguimos teniendo la asistencia sanitaria de
la Seguridad Social y reinstaurando el papel del INSS para determinar quién es
afiliado y quién es beneficiario en función de la situación laboral, de renta y
de nacionalidad (RDL 16/2012). Estos bandazos no parecen propios de un país
serio. Y por ello, procede la creación de un marco inequívoco de garantías
jurídicas y sanitarias a partir de un modelo de aseguramiento sanitario
universal, público, común y único.
10 Epílogo: un paso para
adelante o dos para atrás.
Como se ha
señalado, la sanidad española requiere una segunda transición: esta abogaría
por una clara definición de la ciudadanía sanitaria, sus derechos, los
instrumentos de aseguramiento universal, y los requerimientos para que el
gobierno y la gestión de la sanidad pública se mantengan dentro de la esfera
del interés general, alejando al SNS del ánimo de lucro y acercándolo a la
eficiencia social equitativa y solidaria que inspiró su fundación. Algo que
probablemente también requieren otros servicios públicos básicos y que afecta
al núcleo mismo de la acción protectora y de generación de seguridad y
confianza del Estado. Hablar de la
sanidad pública y de la sostenibilidad del SNS hoy es hablar también del por
qué y el para qué del Estado que tenemos. Y de las relaciones entre ese Estado,
la sociedad y los ciudadanos que la forman.
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