jueves, 5 de diciembre de 2013

COHESIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD ¿misión imposible?... Reflexiones tras 10 años desde la Ley de Cohesión y 11 desde las trasferencias


En esta entrada quiero difundir este artículo que acaba de publicarse...


Repullo JR, Infante A. La cohesión del SNS y su sostenibilidad: en el aniversario de una Ley que buscó de forma tardía e insuficiente gobernar un sistema descentralizado. Revista Derecho y Salud. Asociación de Juristas de la Salud. 2013; vol 23 (número extraordinario Congreso 2013): 83-95.



Gracias a la invitación de los amigos de la Asociación de Juristas de la Salud para escribir en su revista “Derecho y Salud”, mi compañero Alberto Infante y yo nos pusimos hace tiempo a escribir una reflexión crítica sobre la insoportable debilidad del SNS… al hilo del décimo aniversario que en 2013 celebró la Ley de Cohesión y Calidad del SNS; esta Ley buscaba aportar un marco de gestión integradora de los 17 servicios de salud de las CCAA que desde enero de 2012 navegaban con una gran autonomía, al tener trasferidas todos los recursos sanitarios públicos, y ostentar competencias plenas por el lado del gasto sanitario (la financiación sanitaria había dejado de ser finalista).  

Y nuestro escrutinio se ha hecho con particular énfasis tanto en la insuperable dificultad de la Administración General del Estado para cumplir un papel cohesionador, como en la evidencia de costes de interferencia políticos incontrolables en el funcionamiento autonómico de la sanidad pública; ambos elementos llevan a ineficiencias que la actual crisis económica y fiscal ha puesto de manifiesto claramente.

Toca certificar el ocaso del modelo 2002, y buscar soluciones reformistas y regeneracionistas, que sin retroceder a épicas jacobinas, permitan articular un sistema altamente descentralizado con características de funcionalidad, racionalidad y solvencia técnica…

Para animar a los lectores a entrar y descargarse el artículo, les pasamos el índice, y pegamos un pequeño fragmento del final…


ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN
2. LA “INSOPORTABLE” DEBILIDAD DEL SNS
3. LOS CONTENIDOS Y DESARROLLOS DE LA LEY DE COHESIÓN Y CALIDAD DEL SNS
4. EL SIGNIFICADO POLÍTICO E INSTITUCIONAL DE LA LEY DE COHESIÓN Y CALIDAD
5. LOS COSTES DE INTERFERENCIA POLÍTICOS DEL MODELO
6. LOS DESAJUSTES DE LA FINANCIACIÓN
7. ANALIZANDO LAS DEBILIDADES TÉCNICAS PARA LA NUEVA FUNCIÓN CENTRAL DE “RECTORÍA SANITARIA”
8. LA CRISIS ECONÓMICA Y FINANCIERA: ¿AMENAZA U OPORTUNIDAD?
9. CINCO VÍAS DE REDISEÑO INSTITUCIONAL DEL SNS
10. EPÍLOGO: UN PASO PARA ADELANTE O DOS PARA ATRÁS


9.5. Una Ley del Sistema Nacional de Salud para definir en positivo la ciudadanía sanitaria.

La LEGS de 1986 y la LECC de 2003 tienen la ventaja de estar alineadas y expresar consensos políticos básicos (de ambos partidos mayoritarios), y el inconveniente de que en muchos aspectos han quedado obsoletas o superadas. Además, los sistemas que diseñaron para coordinar las 17 CCAA no han resultado eficaces. Por ello sería necesario resolver la debilidad institucional del Sistema Nacional de Salud y con una nueva Ley del SNS facilitar un nuevo marco consensuado de gobierno y gestión de la sanidad española. Este nuevo marco debería apartarse de la grave distorsión que ha producido el precipitado Real Decreto Ley 16/2012, realizado bajo la presión de la austeridad, y que abdica del proyecto colectivo de un sistema universal para todos los ciudadanos.

Una Ley del SNS posiblemente hoy no es fácil de visualizar por el entorno de crisis, la rivalidad entre los partidos políticos, el ataque cerrado a la sanidad pública de algunos, la erosión económica de los servicios públicos y los intereses creados en torno a la “balcanización” autonómica. Pero esta Ley es más necesaria que nunca, y contaría con un amplio apoyo de los ciudadanos y los profesionales. Como en tantas esferas de la vida social, el poder político está llamado a promover o sumarse a un proceso fuertemente reformista y de regeneración de la vida política, social e institucional de España.

La ciudadanía sanitaria no puede quedar al albur político de interpretar en menos de un año que tenemos un sistema universal (Ley 33/2011 de Salud Pública – disposición adicional sexta) o que en realidad seguimos teniendo la asistencia sanitaria de la Seguridad Social y reinstaurando el papel del INSS para determinar quién es afiliado y quién es beneficiario en función de la situación laboral, de renta y de nacionalidad (RDL 16/2012). Estos bandazos no parecen propios de un país serio. Y por ello, procede la creación de un marco inequívoco de garantías jurídicas y sanitarias a partir de un modelo de aseguramiento sanitario universal, público, común y único.

10 Epílogo: un paso para adelante o dos para atrás.

Como se ha señalado, la sanidad española requiere una segunda transición: esta abogaría por una clara definición de la ciudadanía sanitaria, sus derechos, los instrumentos de aseguramiento universal, y los requerimientos para que el gobierno y la gestión de la sanidad pública se mantengan dentro de la esfera del interés general, alejando al SNS del ánimo de lucro y acercándolo a la eficiencia social equitativa y solidaria que inspiró su fundación. Algo que probablemente también requieren otros servicios públicos básicos y que afecta al núcleo mismo de la acción protectora y de generación de seguridad y confianza del Estado.  Hablar de la sanidad pública y de la sostenibilidad del SNS hoy es hablar también del por qué y el para qué del Estado que tenemos. Y de las relaciones entre ese Estado, la sociedad y los ciudadanos que la forman.


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