domingo, 3 de marzo de 2013

EL PELIGRO DEL OPORTUNISMO SANITARIO: NO OLVIDEMOS LAS LECCIONES DE LA "BURBUJA HOSPITALARIA"



Recomendable el artículo de El País de hoy: el pinchazo de la burbuja hospitalaria.


Aunque no estoy muy de acuerdo en el título, como recoge el artículo al final…

A José Ramón Repullo … no le gusta hablar de burbuja hospitalaria porque “no se produce una de las características especulativas de las burbujas: comprar para vender”.

…  “Aquí se da esencialmente una alianza entre constructoras, políticos regionales y políticos locales, con el silencio más o menos cómplice de los demás agentes, que no se atreven a levantar la voz. ¿Quién puede decir que no hace falta un hospital en un sitio concreto, y no correr el riesgo de ser corrido a gorrazos por los vecinos y comerciantes interesados?”.


Pero en el artículo se revisan casos en toda la geografía; algunos conspicuos y descomunales como el de Madrid (pack de 6 para inaugurar en 3 años); otros más delimitados, aunque desvelando claramente una pretensión de grandiosidad autonómica.

Sean más o menos amigos los que se metieron y nos metieron en esta espiral, lo que domina es un problema de OPORTUNISMO y FALTA DE PRUDENCIA. Oportunismo por la miopía selectiva: realizar beneficios a corto dominaba sobre asumir los costes a medio y largo plazo. Imprudencia por no contar con el hecho evidente de que en medio de la burbuja inmobiliaria los mayores ingresos autonómicos y locales era tan extraordinarios como evanescentes.

¿Qué toca hacer?; primero no negarlo; quizás alguno debería pedir disculpas, pero esto en España ni se lleva; pasemos a otra cosa; segundo, analizar por qué ocurrió: incluso en los casos más comprometidos con la expansión de la sanidad pública de calidad, habría que identificar una desconexión cerebral entre el hemisferio de beneficios y el de costes; toca por lo tanto reparar este problema, y evitar en lo posible la “gestión temeraria”, esa que lleva a lanzarse por la senda de generar gastos para que los ministros y consejeros de hacienda no tengan más remedio que sacar dinero para pagar las deudas.

Sí, esto parece que funcionaba en los viejos tiempos del INSALUD, pero los desajustes y déficits del pobre y anciano INSALUD eran de un dígito (salvo farmacia), y lo que hemos tenido en el festival autonómico 2002-2008 ha ido de dos dígitos sobrados.

Y, finalmente, toca NO OLVIDAR, y ser coherente con esta dolorosa conciencia que ahora tenemos; y tomar medidas: cambiar las reglas por las que se deciden y se financian inversiones; poner un fondo de desarrollo sanitario con dinero central y valoración técnica de idoneidad para cofinanciar (como en su día hizo la Unión Europea con los fondos de desarrollo).

Algunos hemos dicho esto hace muchos años; se veía venir este festival de la inversión atolondrada, clientelar o corrupta. Pero, miremos adelante: pongamos medidas en esta línea y no olvidemos la lección…

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