La dicotomía moral entre la provisión pública o privada de
la sanidad financiada con dinero público, sería maniquea si dependiera sólo de
preferencias sociales o políticas; mejor reformularla como dilema de gestión y
expresarla en términos manejables por teorías de organización y gestión.
La posibilidad de que la externalización de servicios a la
sanidad privada funcione sin crear conflictos de interés, depende de muchas
cosas (hay tres premios Nobel que han escrito sobre estos temas para la
economía general):
- que el servicio externalizado esté bien definido y sea medible, de forma que no pueda haber trade-off entre cantidad y calidad (vamos que no pueda haber oportunismo en el proveedor de servicios);
- que esté estabilizado tecnológicamente (si es muy innovador mejor un partenariado porque no será posible definir lo que se quiere contratar);
- que haya competencia en el mercado, para que un único proveedor externo no imponga precios de monopolio;
- y, que la oferta (proveedores externos en este caso), no pueda inducir demanda facturable.
Por ejemplo:
- de siempre ha habido una fuerte externalización de media-larga estancia (hospitales de crónicos y psiquiátricos);
- normalmente a órdenes religiosas o cruz roja (el ánimo de lucro también mitiga los potenciales conflictos de interés, aunque lo habitual es que el capital comercial huya de estos segmentos de oferta que son poco provechosos);
- se pueden externalizar los procedimientos quirúrgicos bien definidos, como las subastas para reducir listas de espera; también los procedimientos diagnósticos, cuando hay suficiente competencia y son controlables en su calidad;
- es poco aconsejable, por el contrario, ceder un área poblacional a un hospital privado, pues la oferta pueda modular la demanda y materializar fuertes conflictos de interés: si es un modelo capitativo, puede reducir servicios y redirigir recursos a captar demanda de fuera del área; si es un modelo de pago por servicios, puede incrementar la facturación, sobre la base de un uso excesivo e inapropiado.
Todos estos temas, además son contextuales; dependen de la
cultura social y política del país o región...
Recomiendo un delicioso trabajo de Pepe Martín... el título
habla por sí solo (y huye de la dicotomía maniquea, para dibujar un inquietante
dilema de gestión y gobierno):
El dilema entre una sanidad pública sin gobierno y una
privada sin reputación https://www.bez.es/75744639/O-lo-uno-o-lo-otro.-Un-dilema-indeseable.html
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