jueves, 20 de junio de 2019

El éxito de la medicina depende de la integración organizativa y el acompañamiento del enfermo... un relato ya clásico...

Rescato este caso de Hunter y Fairfield, antiguo pero dolorosamente actual...

Porque la llamada "commoditization" de la medicina (consumerismo comercial de intervenciones singulares que se canalizan al mercado) está arreciando: debemos domesticar a la tecnomedicina, para modularla con las innovaciones más potentes de todas: organización apropiada, compromiso profesional y prudencia clínica. 



CASO ESTUDIO: UN DIAGNÓSTICO DE DIABETES MELLITUS

EL INICIO DEL CASO

Jane, de 12 años, acude al generalista con un cuadro de poliuria, polidipsia y pérdida de peso. El médico hace un rápido diagnóstico de diabetes  mellitus y la remite a una Unidad Diabetológica de acuerdo con las guías clínicas pactadas a nivel local. En dicha unidad, un diabetólogo recomienda un tratamiento de insulina, y deriva a la paciente a la enfermera especializada en diabetes, la cual enseña a Jane a inyectarse con el bolígrafo-jeringuilla, y a controlarse la glucemia. Luego es remitida al dietista que le muestra un vídeo sobre diabetes, acompañado por un paquete de información para seguir el tratamiento y los consejos nutricionales. El equipo diabetológico discute los síntomas y el manejo de la diabetes con Jane, y se establecen objetivos de auto-cuidados para ella. Se le suministra una carpeta de historia clínica personal, y una documentación que incluye guías clínicas para el paciente adecuadas a su edad.

Durante las dos siguientes semanas, la enfermera diabetológica visita la casa de Jane para evaluar los progresos, y contacta con la enfermera de atención primaria que lleva el programa de diabetes en el centro de salud. Se contacta con el colegio de Jane para aportar seguridad de a sus profesores de que Jane puede tomar parte en todas las actividades normales, y para darles información sobre la diabetes. Los equipos de atención primaria y secundaria (Unidad Diabetológica) están en estrecho contacto.


EVOLUCION HASTA LOS 16 AÑOS

Jane se adapta bien: parece motivada y acude a revisión en el programa de diabetes de su centro de salud mensualmente, y a la Unidad Diabetológica trimestralmente. Una vez al año se realiza una evaluación completa, incluyendo fundo de ojo y revisión por el podólogo. Todo parece ir bien hasta cuatro años tras el diagnóstico, cuando el sistema de información de atención primaria da la alerta porque Jane (ahora con 16 años) ha faltado a una cita programada. Se le envía una nueva cita, que también falla. La enfermera de atención primaria visita a Jane en su domicilio, y tras discutir la situación, solicita la ayuda del psicólogo clínico de la Unidad Diabetológica, que estableció un contacto con Jane para trabajar las posibles dificultades en el control de su diabetes.

Jane se va de casa y comienza a vivir con su novio. En la siguiente visita, los análisis detectan microalbuminuria (confirmada en tres ocasiones); a pesar de tener bien la tensión arterial, se considera la posibilidad de un tratamiento con inhibidores de las enzimas convertidoras de la angiotensina, de acuerdo con lo establecido en el protocolo que se había desarrollado conjuntamente con los especialistas de nefrología; sin embargo se acaba descubriendo que Jane ha dejado de tomar la “píldora” anticonceptiva hace tres meses; la prueba muestra que está embarazada (la paciente había recibido consejos de planificación familiar hacía seis meses, de acuerdo a lo establecido en las guías clínicas, pero en aquel momento no tenía relaciones sexuales).


MADRE E HIJO

Jane está muy contenta de su embarazo. Acude a la clínica pre-natal de la Unidad Diabetológica, donde es atendida por un equipo multidisciplinario que incluye el diabetólogo, el obstetra, la matrona, la enfermera diabetológica, y el dietista. El control de la diabetes es bueno, en buena medida con el apoyo de la enfermera de atención primaria y la enfermera diabetológica, a las cuales tiene mucha confianza, y que visitan a Jane en su casa.

A las 24 semanas se detecta en un examen de rutina cambios en la retina, siendo enviada al servicio de oftalmología. Su tensión arterial se hace difícil de controlar ... A la semana 37 se practica una cesárea. La madre y el hijo están bien, y son dados de alta a un piso que ha gestionado una trabajadora social.


UNA EVOLUCIÓN POSITIVA

La diabetes de Jane continúa siendo monitorizada de acuerdo a los protocolos. A largo plazo, la atención está bien coordinada por el equipo de atención primaria. Jane está bien informada, y se siente implicada, en control, como una parte responsable de su propia salud y cuidados.  Todas las personas involucradas en la atención de Jane están contentos de estar prestando una atención centrada en el paciente, costo-efectiva, y con resultados positivos. El éxito en este caso se refleja en los resultados biomédicos, psicológicos y sociales. ....

No obstante se sabe que mientras que la historia de Jane es exitosa, este enfoque de “disease management” no está garantizado para todos los individuos.

 



Traducido y adaptado por J.Repullo (Enero 2000)  de:
Hunter DJ, Fairfield G. Disease Management. BMJ, 1997, July; 315: 50-53

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